The San Francisco Latinx Democratic Club expresses our complete and utter outrage after seeing the video showing San Francisco Police Department (SFPD) violently targeting a food vendor along with San Francisco Port Authority workers as part of the Vending Enforcement Task Force at the Embarcadero last Sunday. The video shows two SFPD officers pinning the vendor down to the ground with her young child watching and screaming in horror. This response was excessive and completely uncalled for since she was telling them she would leave.
There is absolutely NO excuse for this level of force against a vendor, and it is becoming a common occurrence. Just months ago another food vendor was caught on camera fleeing San Francisco Department of Public Works (DPW) workers who violently flipped her cart over and destroyed her goods. This comes less than a year after a similar incident happened with yet another food vendor last October.
SFPD’s response to frame the events as somehow justified does not excuse their obligation to de-escalate the situation in a more constructive way. Seizing someone’s livelihood is entirely unnecessary in these situations and pinning a vendor down in front of their child is in no way de-escalation by any definition. The SFPD response about her child is nothing more than gaslighting a child and pathetic when the situation clearly speaks for itself.
With the City spending so much time and many resources policing retail and food vendors on commercial corridors, violence against our vendors will only continue to escalate, and for what..? Meager and minimal results that do nothing to stop the proliferation of stolen goods, and even more egregiously, stopping vendors from selling food to provide for their families. The Mission Street vendor ban has failed, and the number of resources wasted on substandard results would be a failing grade anywhere else.
This incident is a symptom of a much larger, systemic problem stemming from public officials specifically targeting and isolating street vendors. The City’s violent treatment of our vendors sets a dangerous precedent and creates the cycle of violence we are seeing happen in real time. It increases the risk for more violent attacks, police brutality, and it betrays the public trust for our most vulnerable families who are paying the price. We were horrified to learn about one vendor who lost his business and housing since the bans were enacted. This same vendor was later caught up in a sweep targeting those living in their vehicles - further perpetuating this violent cycle targeting those who are just trying to make a living.
We call on City leaders to take urgent and immediate steps to cease all violence directed towards our vendors who make up a rich part of our City’s cultural fabric and history.
=================================================================================
El Club Demócrata Latinx de San Francisco expresa nuestra total y absoluta indignación después de ver el video que muestra al Departamento de Policía de San Francisco (SFPD) atacando violentamente a una vendedora de alimentos junto con trabajadores de la Autoridad Portuaria de San Francisco como parte del Grupo de Trabajo de Control de Ventas en el Embarcadero el domingo pasado. El video muestra a dos oficiales del SFPD inmovilizando a la vendedora en el suelo mientras su hijo pequeño mira y grita horrorizado. Esta respuesta fue excesiva y completamente injustificada, ya que ella les estaba diciendo que se iría.
No hay absolutamente NINGUNA excusa para este nivel de fuerza contra un vendedor, y se está convirtiendo en algo común. Hace apenas unos meses, otra vendedora de alimentos fue captada por la cámara huyendo de los trabajadores del Departamento de Obras Públicas de San Francisco (DPW) que volcaron violentamente su carrito y destruyeron sus productos. Esto ocurre menos de un año después de que ocurriera un incidente similar con otro vendedor de alimentos en octubre pasado.
La respuesta del SFPD de enmarcar los eventos como de alguna manera justificados no excusa su obligación de reducir la escalada de la situación de una manera más constructiva. Confiscar el sustento de alguien es completamente innecesario en estas situaciones e inmovilizar a un vendedor frente a su hijo no es, en modo alguno, una reducción de la escalada según ninguna definición. La respuesta del SFPD sobre su hijo no es más que manipular a un niño y es patética cuando la situación habla claramente por sí misma.
Con la Ciudad gastando tanto tiempo y tantos recursos vigilando a los vendedores minoristas y de alimentos en los corredores comerciales, la violencia contra nuestros vendedores solo continuará aumentando, ¿y para qué? Resultados magros y mínimos que no hacen nada para detener la proliferación de bienes robados y, aún más grave, impiden que los vendedores vendan alimentos para mantener a sus familias. La prohibición de vendedores en Mission Street ha fracasado, y la cantidad de recursos desperdiciados en resultados deficientes sería una calificación reprobatoria en cualquier otro lugar.
Este incidente es un síntoma de un problema sistémico mucho mayor derivado de funcionarios públicos que atacan y aíslan específicamente a los vendedores ambulantes. El trato violento de la Ciudad hacia nuestros vendedores sienta un precedente peligroso y crea el ciclo de violencia que estamos viendo suceder en tiempo real. Aumenta el riesgo de más ataques violentos, brutalidad policial y traiciona la confianza pública de nuestras familias más vulnerables que están pagando el precio. Nos horrorizó enterarnos de un vendedor que perdió su negocio y su vivienda desde que se promulgaron las prohibiciones. Este mismo vendedor fue posteriormente atrapado en una redada dirigida a quienes viven en sus vehículos, perpetuando aún más este ciclo violento dirigido a aquellos que simplemente están tratando de ganarse la vida.
Hacemos un llamado a los líderes de la Ciudad para que tomen medidas urgentes e inmediatas para detener toda violencia dirigida contra nuestros vendedores, que constituyen una parte rica del tejido cultural y la historia de nuestra Ciudad.